sábado, 21 de febrero de 2015

Epilepsia: Implicaciones sociales y familiares

Para una familia tener un paciente epiléptico es un gran reto, implica una adaptación de todos sus miembros al hecho de que en cualquier momento, de forma súbita, se puede presentar una emergencia médica que puede variar en grado de gravedad.

En países desarrollados, se hacen planes de educación de las familias para prepararlos para el manejo de una crisis convulsiva de tal forma que se minimizen los daños que sufra el paciente. 

Este entrenamiento incluye:
La protección de la via aérea
La protección para que no se produzcan fracturas u otras lesiones en los miembros
Protección para que no se produzcan rupturas de los dientes, mordeduras de la lengua
Manejo del estado post-ictal
Estos entrenamientos disminuyen la morbilidad secundaria al síndrome epiléptico.

Sin un buen conocimiento del síndrome convulsivo, se producen prejuicios como los siguientes:

Que la enfermedad es contagiosa
Que todos los epiplépticos son locos o enajenados o retrasados mentales
Que los epilépticos son peligrosos
Que los epilépticos no pueden trabajar o hacer deportes o estudiar
Que la epilepsia es cosa de demonios o de Dios


Todos lo prejuicios anteriores y muchos otros son simple consecuencia de la ignorancia. Además, el desconocimiento hace que las personas acudan a brujos, chamanes y charlatanes cuando lo que deben hacer es llevarlo con el Neurólogo.

Si conoces a alguien que tenga epilepsia o un epiléptico forma parte de tu familia debes sugerirles a ellos o acudir con tu familiar al Neurólogo.

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